El objeto libro como cultura.
Al hablar de uno
de los elementos más importantes de la cultura “un libro”, nos estamos
refiriendo claramente a un elemento ya empoderado (según las palabras de M. Focault ) Ya que al
tener los medios de comunicación en manos de un poder (el editor, impresor,
etc.), este moldea las conciencias de las sujetos en una sociedad.
Este objeto
este empoderado puesto que ha pasado por la producción contemporánea. El
dinero con el cual se obtiene el libro sigue siendo una mercancía que hace
mover y funcionar el mundo.
El libro está sujeto a un tipo de
corrupción; que profiere el producto desde el sistema: la impresión, la distribución,
el precio, entre otros.
He aquí donde se
introduce la concepción de Adorno y Horkheiner: la reducción del objeto artístico
a mera mercancía.
Las cuestiones a
ponderar aquí son las siguientes:
¿Por qué el arte
esta sujeto a un manejo completamente capitalista? y ¿porque el arte no puede
ser concebido como una vil mercancía?
En el trabajo de María Luengo Cruz encontraremos las
respuestas a nuestras dos premisas. Ella
expone a la escuela de Frankfurt como
aquella que tuvo la pre suposición de ser racional-colectivista. Por racional
entendamos que la cultura responde mecánicamente
a fuerzas externa a ella. Por su parte el término colectivista refiere a los patrones culturales que proceden
a los hábitos culturales del individuo. Es decir, una consideración hacia el
arte que siempre estará afectada por el mercado. Esto lo explica diciendo que
las formas del alma de una obra no fluían, que en cambio, venían impuestos por fuera. Según su utilidad y su
valor. “La cultura de masas representa el punto de degradación al que ha
llegado el arte sometido al mercado. La estructura de la sociedad capitalista
transforma por completo la cultura en consumo.”
En lo que respecta al ámbito editorial
sabemos que nos encontramos frente al problema de la “estampa” donde todo libro
es reducido a su capacidad de objeto mercantil. Un libro es impreso para que
sea vendido / comprado. Existen claro está, una distinción importante entre una
casa editorial que produzca un género de libros x y otra casa que produzca
libros z. Dentro de esta distinción podremos encontrar una igualdad. El valor
del libro no radica en su calidad literaria (por ejemplificar). El valor del
libro radica en la inversión, la compra y la demanda. El objeto libro, se
reduce a un objeto de consumo. No existe diferencia en adquirir un libro de la
editorial Galimadr y unos jeans Guess.
El libro dentro de su capacidad de ser
consumible presenta una característica de elección.
Existen los famosos best sellers y existen
los libros de corte literario (A claro aquí que refiero este hecho a partir de
las clasificaciones que impone una librería o una biblioteca cualquieras)
En lo que respecta a los libros de ambas clasificaciones, los divide una fina línea.
Los best sellers se presentan como una
lectura “ligera” cuyo objetivo es entretener a su lector/comprador y los segundos tienen
por objeto (entre muchos otros como acercar a la reflexión, estudio y
recreación) el hedonismo estético.
Es aquí,
donde entra en juego útil, la teoría y la crítica literaria. Puesto que ve al
libro de entretenimiento como un envilecimiento del arte impuesto por el
mercado. La calidad de entretenimiento
en el arte lo vuelve ofensivo. La lógica que sostiene esta crítica es que: Del
objeto que surge primero ¿cuál es el derivado? Puesto que este derivado será
comparado y juzgado con los criterios bajo los cuales surgió el primero.
La importancia del primer objeto artístico es
vital. Ya que este será trabajado directamente y el segundo se reducen a ser
una copia realizada por una máquina. Esta calca es calca de un molde carente de
valor. Su única posibilidad es la repetición.
Los libros están sujetos al capitalismo. Dentro
de las grandes obras de la literatura sabemos que estos tienden a ponderarse y
una marca clara son los sellos editoriales: anagrama, trotta, galimard, entre
otras que nunca fallan.
Respecto al contenido de estos, regresamos a
la intertextualidad donde la originalidad es nula. Toda obra literaria es una copia borrada y
reescrita. No existen temas nuevos para la literatura. La literatura debe su
existencia y sobre vivencia
Otro importante aspecto
a exponer es que el acercamiento al
libro depende netamente de su lector ¿Se adquiere un libro por recomendación? ¿Por
gusto? ¿ Cuál es lineamiento que se debe seguir para adquirir un libro que es arte? y ¿Cuál es el lineamiento
que te conduce a comprar un libro que es meramente mercancía?
Para finalizar reitero que la concepción de Adorno y Horkheimer acerca del arte y de el objeto
arte, así como su concepción como entretenimiento, son sumamente subjetivas ya
que no se sabe con precisión cuál fue el original o en caso de tener dicho
conocimiento, los ejemplos /casos son contados. Ya que se basan en el contexto
de nacimiento del objeto arte, en el lazo que sostienen con el maquinar político-social
y su transformación.
Bibliografía:
Luengo Cruz,
Maria. Fundamentos y carencias de los estudios culturales: una revisión
teórico-crítica del ámbito popular culture. Universidad Carlos III.
2006. Madrid, España.
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