martes, 14 de enero de 2014

¿Es literatura o no es literatura…? He ahí el dilema.
La teoría literaria es un  sistema lógico deductivo como cualquier otro, sin embargo la teoría literaria no pretende perfeccionar modelos y ecuaciones científicas. Esta teoría tiene como fin explorar terrenos aún más pantanosos e inciertos: el terreno de la literatura. Tierra fértil de dudas ¿juego de la realidad por parte de la pluma, o mera imaginación?
Según Román Jakobson la  literatura es  cuando “se violenta organizadamente el lenguaje ordinario”, es decir la literatura rompe con la linealidad del  signo, lo altera, lo estruja y experimenta con sus diferentes matices: gráficos, fonéticos, sintácticos, gramáticos, etc.Esta definición que nos acerca al término “literatura” es  la escuela de los formalistas rusos (1914-1923) Cuyo grupo estaba conformado por : Viktor Shklovski, Roman Jakobson, OsipBrik, Yuri Tynyanov, Boris Eichenbaum y Boris Tomachevsky . Junto a esta idea de literatura, también postulaban  que la crítica debía de ocuparse en desenmarañar la forma en la cual funciona un texto. Tal cual los formalistas (especialmente Osip  Brick) consideraban a la literatura como una construcción sostenida por palabras, no sentimientos, no objetos.
Los formalistas pues, aplicaban su saber lingüística tal cual a la literatura. El contenido pasó a segundo plano, todo se concentró respecto a las figuras del lenguaje, todo se redujo a los elementos literarios formales. Identifiquemos un sonido, una imagen o una métrica que deformen el lenguaje y aquí tendremos identificado lo literario. El lenguaje literario nace porque está a merced de un cambio que lo hace extraño, dándonos así una impresionante forma de percepción en los objetos.
El corpus de una novela o u cuento para los ojos del circulo lingüístico de Moscú, solo retrasaban o entorpecían  el texto para que captasen la atención del lector.
La literatura entonces, se reduce a una clase de lenguaje especial contratado con el lenguaje ordinario que se emplea en la vida diaria. Este lenguaje real estipulado según: sexo, estrato social  etc. Elementos que no permiten la existencia de una comunidad lingüística universal.
Resumiendo, los formalistas rusos fundamentaban lo literario en el proceso de rarefacción del lenguaje en una obra, lo que sentencia a toda literatura al facto de que es  únicamente poesía.
Un panorama muy corto, es entonces cuando la venda de la teoría formalista se rompe un poco y permite observar que el hecho literario o bien poético depende del cristal con que se mire.
El contexto, puede definir una obra. Por ejemplo si decidimos leer  “Sobre lavoluntad de la naturaleza” de A. Schopenhauer de manera literaria está bien, también podríamos leer “La visión de los vencidos” de M. León Portilla  de este modo.
La literatura carece de un fin práctico inmediato, esto refiere a que podemos llegar a un restaurante  al estilo “The killers” de E. Hemingway y el mesero nos comprenderá perfectamente bien. La realidad no ha sido alterada con nuestro bagaje literario.
La literatura no es un concepto que se pueda definir con regla milimétrica o valores absolutos. La literatura no es blanca o negra. La literatura es un color repleto de matices. La literatura depende de una línea muy delgada: es la forma en que alguien decide leer.
Es también el correr de las manecillas en un reloj el culpable de que un texto nazca con un género determinado y  posteriormente cambie. Un texto literario podría terminar con un carácter filosófico o viceversa. Ejemplos sobran. Lo importante en el texto, pues, no es su nacimiento si no su recibiento ante el lector. De él depende su clasificación.  Queda claro que no existe una definición precisa que constituya todo lo que se engloba al referirnos a “literatura”.
Terry Eagleton menciona que Jhon M.Ellis compara el término “hierbajos “con la literatura.  Ya que dicha palabra resulta imprecisa y vaga para referirse a un tipo de planta cualquiera que invade un jardín y estorban al jardinero. Referencia puramente  ontológica (conocimiento referido al ser y su sentido).
Los juicios de valor son otro punto importante que parece estipular que es literatura y que no.
Podemos olvidarnos pues de un carácter ecuánime en cuanto se refiera a literatura. Pues esta no  es estática, mucho menos  inmóvil, se encuentra muy lejos de ser la Venus del Nilo dada a sobrevivir el paso de la historia y conservando así su carácter puro y único de estatua griega.
Respecto a estos juicios de valor podemos tocar lo que respecta al canon literario. El cual conocemos gracias a HaroldBloom quien utópicamente lo ha presentado como un concepto sostenido  a base de tabiques. Obras literarias que debemos leer, conocer y  profundizar por que de ellas se construye la literatura. Literatura, marcada aquí como un concepto.
Podemos decir que la literatura se construye por el  concepto de valor (axiológico) de un individuo y de una sociedad. Una persona lee una determinada obra literaria, posteriormente la recomienda aun amigo cercano, este a su hermano y así sucesivamente. La obra supera los estragos el tiempo . Por decirlo de algún modo, esta obra se reconstruye inconscientemente. Un ejemplo claro de esta reescritura (o palimpsesto como lo nombrará Genette)  es el Quijote.  Ya que su autor el gran Miguel de Cervantes se refería a esta obra como una simple comedia, una burla a las novelas de caballería tan de moda en aquella época. Sus lectores se acercaron a ella como un “entretaiment”. Actualmente el recibimiento de la obra es diferente debido a su contexto historiado, lingüístico y social. El Quijote en la edición de Ibarra de 1978 es totalmente diferente a la edición conmemorativa publicada porla Real Academia de la Lengua (2005). No me refiero al cambio del objeto libro en cuanto tinta y papel, si no a un cambio dado en cuanto el ser humano coloca sus ojos lectores y comienza a interpretar el texto que sostiene.
La literatura está sujeta a muchos caprichos temporales, pero sobre todo humanos. No es quieta, ni estoica, al contrario ella es tornadiza y alterable. Quizá esta sea una de las características principales por la cual nos empeñamos  a querer atraparla como si fuera agua, agua que se escapa entre  las manos.

Biografía consultada:
Eagleton Tery, Una introducción de la teoría literaria. Fondo de Cultura Económica. USA.(1998)





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